Gracias por compartirlo "Chico Chacón".
William Blake solía decir: “Podemos ver el infinito en un grano de
arena, y la eternidad en una flor”.
En realidad, basta un simple momento
de armonía interior para que tal cosa suceda.El gran problema radica en esto: casi nunca nos permitimos alcanzar ese estado: el momento presente en toda su gloria.
En ocasiones, se nos presenta de manera completamente casual. Estás
caminando por la calle, te sientas en determinado lugar, y de repente el
universo entero está allí. Lo primero que surge son unas inmensas ganas
de llorar –no de tristeza, ni de alegría, sino de emoción. Sabes que
estás comprendiendo algo, aunque no consigues explicártelo ni a ti
mismo.
El ser humano tiene una enorme
dificultad en concentrarse en el ahora; está siempre pensando en lo que
hizo, en cómo podría haberlo hecho mejor, en cuáles son las
consecuencias de sus actos, en por qué no actuó como tenía que haber
actuado.
O, si no, le preocupa el futuro, lo que va a hacer al día
siguiente, las medidas que deben adoptarse, el tipo de peligro que lo
espera en la esquina, la manera de evitar lo que no desea y de conseguir
lo que siempre ha soñado.
Pero, al fin y al cabo –empiezas a preguntarte-, ¿hay algo que esté realmente equivocado?.
Sí que lo hay, y se llama rutina. A ti te parece que existes por el hecho de ser infeliz, así como otras personas existen en función de sus problemas, y viven hablando compulsivamente sobre ellos: problemas con sus hijos, sus maridos, la escuela, el trabajo, los amigos.
No se detienen a pensar:
Pero, al fin y al cabo –empiezas a preguntarte-, ¿hay algo que esté realmente equivocado?.
Sí que lo hay, y se llama rutina. A ti te parece que existes por el hecho de ser infeliz, así como otras personas existen en función de sus problemas, y viven hablando compulsivamente sobre ellos: problemas con sus hijos, sus maridos, la escuela, el trabajo, los amigos.
No se detienen a pensar:
Yo estoy aquí. Soy el resultado de todo lo que
sucedió y sucederá, pero estoy aquí. Si hice algo mal, puedo corregirlo o
al menos pedir perdón. Y si hubo algo de bueno en mis acciones, eso me
va a permitir sentirme más feliz y más conectado con el momento
presente.
Concéntrate en tu Aleph, y verás que confiar un poco en la
vida no te hace ningún mal, sino muy al contrario: te permitirá vivirlo
todo con más intensidad. Lo que perturba tu verdadero encuentro con la
vida proviene de lo que tú llamas “pasado”, y espera una decisión en lo
que conoces como “futuro”. Eso mismo entorpece y contamina el
entendimiento, dificultando la comprensión del presente. Trabajar
basándose apenas en la experiencia supone repetir soluciones viejas para
problemas nuevos. Conozco a mucha gente que sólo consigue alcanzar una
identidad propia cuando empiezan a hablar de sus problemas. Porque estos
problemas están vinculados a lo que consideran “su historia”.
El fundador del arte marcial conocida como Aikido, Morihei Ueshiba, decía:
“La búsqueda de la paz es una manera de rezar, que termina generando luz y calor. Olvídate un poco de ti mismo, entiende que en la luz está la sabiduría, y en el calor reside la compasión.
Al caminar por este
planeta, procura percibir la verdadera forma de los cielos y de la
tierra; eso será posible si no dejas que el miedo te paralice, y decides
que todos tus gestos y actitudes se correspondan con lo que piensas”.“La búsqueda de la paz es una manera de rezar, que termina generando luz y calor. Olvídate un poco de ti mismo, entiende que en la luz está la sabiduría, y en el calor reside la compasión.
Si confías en la vida, la vida confiará en ti... P. Coelho.
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