Un lugar donde puedo expresar y reflejar parte de mi crecimiento e intereses contigo.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
El Cuento de Amla
jueves, 2 de septiembre de 2010
El derrame de la iluminación. " Dra.Jill Bolte Taylor"
En esta fascinante y espectacular conferencia explica las diferencias entre los hemisferios del cerebro humano y nos invita a percibir al mundo de una manera diferente.
lunes, 30 de agosto de 2010
Conectar con nosotros mismos,
Las emociones, las sensaciones, los mensajes del cuerpo, los pensamientos, la voz de la intuición aportan la información más constante y directa de que disponemos. Solo desde esta conexión interna una persona puede estar centrada, sabiendo quién es y hacia dónde desea dirigirse.
Una capacidad natural
"Cuando el hombre descubrió el espejo empezó a perder su alma" (Erich Fromm)
Hay personas que logran mantener viva esa conexión consigo mismas, e incluso utilizarla para diferentes fines, mientras que para otras supone una sensación lejana, casi olvidada. Cuando somos niños poseemos esa capacidad de manera natural. Sin embargo, con el tiempo esta comunicación puede ser interferida. En esa desconexión influye, por un lado, la primacía que se otorga a la razón por encima de otras funciones como percibir o sentir. Se confía en lo que se puede comprobar o palpar, mientras que se relega lo subjetivo a un papel casi insignificante.
Por otro lado, la capacidad de ser conscientes supone un arma de doble filo. Conecta a la persona con su realidad interna, pero también bloquea lo que no se ajusta a lo establecido.
Vivir desconectado
"Cada día sabemos más y entendemos menos" (A. Einstein)
Perder esta conexión conlleva consecuencias. Algunas personas, por ejemplo, descubren en algún momento que su vida no es lo que querían, pues quizá se han dejado llevar por las circunstancias sin preguntarse más allá. No resulta agradable sentirse un extraño con uno mismo. Sucede sobre todo cuando alguien busca adaptarse tanto a lo que se espera de él o mantener una buena imagen, que termina olvidando quién es realmente.
También hay personas que escapan continuamente del contacto consigo mismas, llenando sus horas con actividades, relaciones, adicciones... Cuando cesan las distracciones externas y se hace el silencio aparecen con más fuerza los miedos o carencias no resueltos.
Crear puentes
A veces, el sufrimiento o la enfermedad implican una entrada rápida a una mayor conciencia de uno mismo. Sin embargo, es preferible no esperar a encontrarse en una situación crítica; en cualquier instante, una persona puede empezar a crear puentes que conecten con diferentes niveles de su experiencia interna. Estas son las vías:
1. El diálogo interior
"El lenguaje es la casa del ser" (Heidegger)
Un primer contacto puede ser observar el diálogo que se mantiene con uno mismo. Allí se condensan gran parte de los pensamientos, ideas, preocupaciones y obsesiones que ocupan la mente. Estos diálogos ocurren de manera continua, seamos conscientes o no, y pueden aportar una información valiosa sobre uno mismo. Las palabras, el tono, la manera de expresarse, incluso a nivel interno, ejercen una gran influencia. Nos sentimos muy diferentes al hablarnos de manera crítica o despectiva que si predomina un tono comprensivo y tranquilizador. Buscar el silencio o la quietud permite empezar a escuchar ese diálogo.
2. El cuerpo
"He dejado de hacer preguntas a las estrellas y libros; he empezado a escuchar las enseñanzas que me susurra mi sangre" (Hermann Hesse)
A veces vivimos escindidos del cuerpo, considerado comúnmente como el hermano tonto de la cabeza. Al no entender sus cambios, su lenguaje, ni el sentido de los síntomas, se presta poca atención a sus mensajes. Más bien se intentan controlar o tapar esas señales cuando resultan molestas u obligan a modificar los planes. Sin embargo, el cuerpo es el canal de conexión entre el mundo exterior y el interior. A través de él experimentamos y percibimos la realidad, y a la vez refleja nuestra historia. Cada síntoma o manifestación corporal dice algo de nosotros.
Quizá no podamos comprender siempre sus razones, pero es preciso aprender a confiar más en la sabiduría del propio cuerpo. En lugar de bloquear sus señales, se puede optar por escucharlas. En vez de desconectar de las sensaciones, se pueden utilizar como indicaciones útiles.
3. Las emociones
"Las emociones, cuando se integran con la razón, nos hacen más sabios" (Leslie S. Greenberg)
También las emociones han sido consideradas inferiores a la razón, como un vestigio de nuestra parte más primitiva e instintiva. No es de extrañar que produzca tanto miedo adentrarse en ellas.
La emoción es ciertamente más antigua que la razón, pues constituye un tipo de inteligencia más instantánea. Si se despierta miedo o rabia, todo el cuerpo se prepara para la acción, pues ante un peligro real no hay tiempo para pensar. Sabemos que dejarse llevar por la emoción puede suponer un problema, pero ignorar o reprimir lo que se siente, también, pues la tensión emocional acumulada tiende a desbordarse. Una buena medida es mantener una conexión continua con las propias emociones, lo cual suele ser garantía de una mayor capacidad para encauzarlas. La emoción es un indicio que informa de cómo estamos viviendo algo y, bien utilizada, puede ayudar a resolver situaciones o mejorar la relación con los demás.
4. El inconsciente
"La mente es un profundo océano, pero nosotros solo logramos ser conscientes de la leve espuma de la superficie" (Henry Laborit)
El inconsciente, más allá de la visión negativa que a veces se tiene de él como un sumidero de impulsos o recuerdos reprimidos, constituye una parcela enorme de la mente (se le atribuye en torno al 85% de la capacidad cerebral) repleta de posibilidades aún desconocidas.
La mente consciente se encarga de razonar, discriminar, analizar la información y tomar decisiones. La mente inconsciente actúa de manera totalmente distinta: controla las funciones involuntarias del organismo, capta y almacena toda la información de los sentidos y contiene la memoria emocional. El psiquiatra Carl Gustav Jung lo definía como un pozo inabarcable de información al que es posible asomarse para aprender tanto acerca de uno mismo como del mundo.
Las intuiciones, los sueños, los momentos de inspiración tienden un puente entre consciente e inconsciente. Nuestra mente almacena muchos datos, impresiones y percepciones que no conocemos, pero que en un momento dado pueden aflorar a la superficie. Contamos con una sabiduría que va más allá de la razón, y que se muestra de manera más clara cuanto más conectamos con nosotros mismos.
Mantener el ancla
Conectar significa unir, establecer una comunicación. Hemos llevado muy lejos nuestra capacidad intelectual, pero quizá hemos olvidado que existen otros medios para aprehender la realidad: la inteligencia del cuerpo, de las emociones, del inconsciente… Se trata de conocimientos simplemente diferentes, complementarios a la razón. Cada persona puede buscar en su interior la sensación de estar conectada. Quizá recuerde un momento en que se sentía especialmente relajada y lúcida. Estar en contacto con uno mismo es como mantener un ancla que permite mantener la calma y firmeza interior.
http://www.elpais.com/articulo/portada/Conectar/Mismos/elpepusoceps/20100829elpepspor_8/Tes
lunes, 23 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
Rayadura de limón
Acostumbramos a buscar por repetición patrones de un mismo traje para distintas tallas.Y eso nunca podrá quedar bien.
Si nos respetaramos más a nosotros mismos y nos dieramos un lugar adecuado y constructivo, en ocasiones, no nos embarcaríamos en historias imposibles o sufriríamos en secreto por no poder estar con un alguien que nunca te corresponderá,simplemente porque no es para tí.
Y tú te vuelves adicto al sufrimiento porque no aceptas que el tiempo va pasando y no llega nadie tan especial que se cruce en tu camino.
sábado, 10 de julio de 2010
¿Qué día creo o fabrico hoy?
Sin duda ,una manera alentadora e interesante de entender los obstaculos que se nos van presentando para vivirlos de una manera constructiva sin censurar las emociones que de otro modo nos tocan vivir en determinados momentos.
D.M.
Entrevista Álex Rovira - La buena crisis from Álex Rovira on Vimeo.
martes, 29 de junio de 2010
"Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra"

MARIO ALONSO PUIG, CIRUJANO
"Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra"
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.
Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.
-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.
-¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.
-¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.
-¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.
-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
-Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.
-Más recursos...
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con transtornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.
-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".
-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.
-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.
-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.
-Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
-Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
Sin fé en uno mismo hay temor,el temor produce violencia,
la violencia produce destrucción,
por eso, la fe interna supera la destrucción.