Es encomiable el
arduo trabajo al que muchas personas se enfrentan en sus trabajos de
manera cotidiana.Cada uno tiene una función importante en cada
trabajo pero sin desmerecer a otros, hay trabajos específicos que en
su base implican un trato directo con personas que justo en ese
momento de sus vidas, necesitan de otras de una manera importante. Llamalos enfermer@s,
terapéutas, cuidadores,médicos, psicolog@s
,educadores...
Alguno
podría decir que para eso se les paga,porque en definitiva es un trabajo
como cualquier otro. Desde mi opinión,hay cosas que el dinero no
puede llegar a pagar y que aunque las pagues,tienen un valor añadido, que te conecta directamente con lo humano. Y esta es una de ellas.
Y si no,que nos lo pregunten a las personas a las que nos han acompañado en algún momento duro y vital de nuestras vidas, desde niños, adultos,ancianos,enfermos ... Incluso en la preparación para el tránsito de despedida cuando parten de
este mundo o incluso cuando se entremezclan estos factores entre sí.
Eso no hay
dinero que lo pague y nunca lo habrá. Pero te llena el alma en ese momento como si fueras el hombre más rico del universo con sólo un abrazo,un gesto de cariño o unas palabras de apoyo a tiempo.Y en eso va por ejemplo la
implicación personal además de la profesional que se requiere para
que esto se lleve a cabo con el mejor éxito posible. Dicho de otro
modo, cuando alguien pone su corazón en lo que hace, dignifica y
engrandece cualquier cosa que hace .
Hablando de grupos de trabajo, para que el corazón crezca fuerte y funcione a pleno rendimiento, conectados con los otros corazones que a su vez trabajan por el mismo objetivo y para que se unan en un mismo propósito,este debe desarrollarse en un clima de escucha, cooperatividad, apoyo,creatividad y sobre todo de respeto. Respeto por la persona a la que ofrezco mis servicios y respeto por la persona con la que estoy trabajando, retro alimentandonos de este feedback, favoreciendo así un desarrollo profesional y personal que hace que cualquier labor sea afrontada con éxito,reconociendo los posibles errores pero desde el continúo aprendizaje y como equipo,estimulando y aumentando así nuestro potencial entre todos, no de una manera individual y más débil dentro del grupo , .
Cuando el respeto
se cambia por la falta de este, se empieza tiranizar y nos incita a evadir nuestras propias responsabilidades. Y ese mismo
grupo fuerte y lleno de talentos puede comenzar a resquebrajarse y
transformarse hacia otros derroteros. Sin querer, el que es tiranizado corre un
alto riesgo de tiranizar del mismo modo al resto, para poder
sobrevivir en su existencia dentro de ese grupo. Haciendo de esto una
peligrosa fórmula que en cuestión de tiempo puede acabar
convirtiendo el trabajo en un campo de batalla donde sólo sobrevive
el que menos escrúpulos puede llegar a tener.
Para muchas personas esto es el éxito profesional al que aspirar, alabando y fomentando este tipo de prácticas. Riendo o agradando al egoísta que a costa de tu trabajo y sin implicarse en su labor con el equipo de manera constructiva y respetuosa, exhíben como logro personal lo que sin el equipo de trabajo nunca se habría podido llegar a conseguir. Algunos dicen que eres más eficiente si separas lo personal de lo profesional pero yo creo que, en realidad,eso te debilita ,te hace más vulnerable y hace tu servicio más pobre.Yo pienso que cuando un producto o un servicio se crea sin calidad humana en todos sus componentes, su calidad total también disminuye.
Desde mi punto de
vista lo que ocurre en ese caso es que de manera paulatina, alguien
se aleja de su corazón y de su propósito real en la vida, haciendo mella
poco a poco hasta poder llegar a encontrar vacío, confusión,frustración
y carencia de motivaciones por la vida ,dejando paso a la continua
queja y al desagradecimiento y a un largo etc de estados, o adicciones ,o dependencias, que estoy
seguro sabríais continuar por vosotros mismos.
Aunque eso sí, a
final de mes también reciben su premio, la cada vez menos vista, nómina...
Sin embargo no es valorable o ni siquiera se plantea
el como me siento,cuanto de corazón pongo en lo que hago o no,como
desarrollo mi potencial como profesional y como persona. Preguntarme
qué impacto real creo en los demás,como me valora mi equipo desde
el corazón y preguntarme si favorezco la
escucha y el diálogo y el respeto por lo que hago y con quien lo
hago.
Entre las dos
opciones creo que es tan simple como que quien siembra tomates recoge
tomates y quien siembra cebollas recoge cebollas,la recogida es sólo
cuestión de tiempo.
Hagamos todo lo
que esté en nuestra mano por elegir de una manera consciente qué
camino elegimos en nuestra vida y seamos consecuentes con esto. No
podemos sembrar cebollas y esperar tomates en la recogida...O al
revés.
No bajemos la
guardia. Es una lección que deberemos afrontar en varias ocasiones a
lo largo de nuestra vida pero no olvidemos que nosotros, el mundo, necesitamos
gente que ame lo que haga y que se respete entre sí.
D.M.
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