domingo, 2 de diciembre de 2012

Nosotros, el mundo,necesitamos gente que ame lo que haga y que se respete entre sí.



Es encomiable el arduo trabajo al que muchas personas se enfrentan en sus trabajos de manera cotidiana.Cada uno tiene una función importante en cada trabajo pero sin desmerecer a otros, hay trabajos específicos que en su base implican un trato directo con personas que justo en ese momento de sus vidas, necesitan de otras de una manera importante. Llamalos enfermer@s, terapéutas, cuidadores,médicos,  psicolog@s ,educadores...
Alguno podría decir que para eso se les paga,porque en definitiva es un trabajo como cualquier otro. Desde mi opinión,hay cosas que el dinero no puede llegar a pagar y que aunque las pagues,tienen un valor añadido, que te conecta directamente con lo humano. Y esta es una de ellas.
Y si no,que nos lo pregunten a las personas a las que nos han acompañado en algún momento duro  y vital de nuestras vidas, desde niños, adultos,ancianos,enfermos ... Incluso en la preparación para el tránsito de despedida cuando parten de este mundo o incluso cuando se entremezclan estos factores entre sí.
Eso no hay dinero que lo pague y nunca lo habrá. Pero te llena el alma en ese momento como si fueras el hombre más rico del universo con sólo un abrazo,un gesto de cariño  o unas palabras de apoyo a tiempo.Y en eso va por ejemplo la implicación personal además de la profesional que se requiere para que esto se lleve a cabo con el mejor éxito posible. Dicho de otro modo, cuando alguien pone su corazón en lo que hace, dignifica y engrandece cualquier cosa que hace .

Hablando de grupos de trabajo, para que el corazón crezca fuerte y funcione a pleno rendimiento, conectados con los otros corazones que a su vez trabajan por el mismo objetivo y para que se unan en un mismo propósito,este debe desarrollarse en un clima de escucha, cooperatividad, apoyo,creatividad y sobre todo de respeto. Respeto por la persona a la que ofrezco mis servicios y respeto por la persona con la que estoy trabajando, retro alimentandonos de este feedback, favoreciendo así un desarrollo profesional y personal que hace que cualquier labor sea afrontada con éxito,reconociendo los posibles errores pero desde el continúo aprendizaje y como equipo,estimulando y aumentando así nuestro potencial entre todos, no de una manera individual y más débil dentro del grupo , .

Cuando el respeto se cambia por la falta de este, se empieza tiranizar y nos incita a evadir nuestras propias responsabilidades. Y ese mismo grupo fuerte y lleno de talentos puede comenzar a resquebrajarse y transformarse hacia otros derroteros. Sin querer, el que es tiranizado corre un alto riesgo de tiranizar del mismo modo al resto, para poder sobrevivir en su existencia dentro de ese grupo. Haciendo de esto una peligrosa fórmula que en cuestión de tiempo puede acabar convirtiendo el trabajo en un campo de batalla donde sólo sobrevive el que menos escrúpulos puede llegar a tener.

Para muchas personas esto es el éxito profesional al que aspirar, alabando y fomentando este tipo de prácticas. Riendo o agradando al egoísta que a costa de tu trabajo y sin implicarse en su labor con el equipo de manera constructiva y respetuosa, exhíben como logro personal lo que sin el equipo de trabajo nunca se habría podido llegar a conseguir. Algunos dicen que eres más eficiente si separas lo personal de lo profesional pero yo creo que, en realidad,eso te debilita ,te hace más vulnerable y hace tu servicio más pobre.Yo pienso que cuando un producto o un servicio se crea sin calidad humana en todos sus componentes, su calidad total también disminuye.

Desde mi punto de vista lo que ocurre en ese caso es que de manera paulatina, alguien se aleja de su corazón y de su propósito real en la vida, haciendo mella poco a poco hasta poder llegar a encontrar vacío, confusión,frustración y carencia de motivaciones por la vida ,dejando paso a la continua queja y al desagradecimiento y a un largo etc de estados, o adicciones ,o dependencias, que estoy seguro sabríais continuar por vosotros mismos.
Aunque eso sí, a final de mes también reciben su premio, la cada vez menos vista, nómina...
Sin embargo no es valorable o ni siquiera se plantea el como me siento,cuanto de corazón pongo en lo que hago o no,como desarrollo mi potencial como profesional y como persona. Preguntarme qué impacto real creo en los demás,como me valora mi equipo desde el corazón y preguntarme si favorezco la escucha y el diálogo y el respeto por lo que hago y con quien lo hago.
Entre las dos opciones creo que es tan simple como que quien siembra tomates recoge tomates y quien siembra cebollas recoge cebollas,la recogida es sólo cuestión de tiempo.
Hagamos todo lo que esté en nuestra mano por elegir de una manera consciente qué camino elegimos en nuestra vida y seamos consecuentes con esto. No podemos sembrar cebollas y esperar tomates en la recogida...O al revés.
No bajemos la guardia. Es una lección que deberemos afrontar en varias ocasiones a lo largo de nuestra vida pero no olvidemos que nosotros, el mundo, necesitamos gente que ame lo que haga y que se respete entre sí.

D.M.

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